Walter Gianonni en Suplemento CHE - año 1985



 Suplemento CHE - Diario Puntal

Jueves 21 de noviembre de 1985

Tirá para arriba

En todos los tiempos las juventudes han sido duramente cuestionadas por hombres que alguna vez también fueron jóvenes. ¡Vaya contradicción!
Nuestra música, nuestra ropa, nuestro pelo, nuestros ídolos, nuestras banderas y nuestras ideas, entre otras cosas, siempre han sido blanco de ataques insoportables que no hicieron más que afianzarnos en la defensa de música, ropa, pelo, ídolos, banderas e ideas.
Pero, para colmo de males, parece que esos iluminados que se gastaron la vida diciéndonos cosas, no tienen la más mínima intención de reconocer que son día a día vencidos por respuestas claras y palpables que se manifiestan en actitudes tangibles.
Y así, parece que están esperando la oportunidad de que los noticieros les den la oportunidad de acusarnos de estar metidos en la droga, la delincuencia y qué se yo cuantas cosas más que esta sociedad enferma nos ha dejado como imbancable herencia.
Esos señores, con los que tengo “algo personal” como dice el maestro Serrat, son los mismos que se quedaron calladitos y a lo mejor hasta festejaron que los príncipes de las tinieblas le arrebataran el poder al pueblo aquel 24 de marzo.
Se instituyeron en censores de la ciudadanía buscando excusas para poner a la juventud en el papel de eterno sospechoso.
Nos decían violentos, pero no acusaron a nadie cuando acababan con miles de conocidos nuestros que hoy figuran en las listas de desaparecidos.
Posteriormente , y mientras desarrollaban el maquiavélico plan de destrucción de nuestra economía, dejando a 500 mil jóvenes tan solo en el Gran Buenos Aires sin trabajo ni perspectivas ciertas de realización, no tuvieron mejor idea que aplaudir una guerra ridícula para la cual cargaron de fusiles a amigos, hermanos o compañeros. Muchos no regresaron de Malvinas.
Pero no todo se terminó con la llegada de esta democracia que se ganó en las calles y para la cual los jóvenes tuvimos que trabajar duro y sin pausa: nos siguen pegando.
Nos acusan de drogadictos, y los mismos jóvenes nos hemos transformado en los principales enemigos de este flagelo que con campañas que son sustentadas por chicos de las secundarias, tal como ocurre en la Capital Federal.
Nos llaman ateos y descreídos, y en septiembre llenamos el Chateau Carreras cuantas veces quisimos para fortalecer nuestro credo y demostrar que estamos convencidos de la necesidad de construir un mundo más justo.
Nos califican de irresponsables , y nosotros fuimos los responsables de abrir las puertas de las universidades que ellos nos habían cerrado.
¿Y que les molesta de nuestra música?, por ejemplo. Justamente les molesta que nos quejamos porque no nos dejan en paz, porque cierran nuestros canales de expresión, porque nos boicotean intentando frustrarnos.
¡No pasaran!
Tantos golpes nos posibilitaron la creación de mecanismos de autodefensa.
Eligiendo nuestros delegados democráticamente  en los colegios, en las facultades , en el trabajo, formaremos una barrera resistente a estos plomos.
Lo importante, como dice Mateos, es que “venga lo que venga, para bien o mal: ¡Tirá!, tirá para arriba.¡tirá!, si no ves la salida, no importa, mi amor, no importa, vos tirá”.

Walter Gianonni  

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