Un sueño casi inalcanzable - Naturae, Mr. Blues, ULHE y Quepachamama - Puntal Año 2004






Diario Puntal - Domingo 21 de Noviembre de 2004

UN SUEÑO CASI INALCANZABLE

No se puede vivir del rock

Un público reacio a los espectáculos musicales, pocos lugares donde tocar y la necesidad de bancarse solos en cada actuación, hacen difícil el sueño de los rockeros: vivir de la música.
Ser artista en Río Cuarto no es cosa fácil, y mucho menos músico. Qué rockero no soñó con transformar su pasión en una profesión y vivir de la música. Pero eso en Río Cuarto es prácticamente imposible, las ilusiones caen ante la dura realidad del rechazo.
Para conocer cuál es la situación actual de las bandas en la ciudad, PUNTAL entrevistó a diferentes grupos.
Naturae, Mr. Blues, UHLE y Quepachamama coincidieron en afirmar que a los artistas no se les reconoce en lo absoluto su labor. Quienes se dedican al rock son considerados “vagos” y para ellos la ilusión de convertirse en músicos profesionales está más que lejos. Pero igual la luchan y no dejan de soñar con conquistar Buenos Aires.
Martín Angelino y Walter Coria, bajista y baterista de Naturae respectivamente, no dejaron de sacar “los trapitos al sol”. Son parte de una de las bandas con más trayectoria en la ciudad a pesar de que fueron uno de los iniciadores de la actual movida del rock riocuartense hoy, aseguran, no se los apoya para nada.
Al igual que el resto de las bandas, se bancan económicamente y deben recurrir a la solidaridad de algún dueño de bar que les permita tocar en su local, ya que según explicaron, les es más que inaccesible organizar un “toque” en otro lugar debido a que el precio del alquiler se les va de las manos.
La expresión de indignación o quizás de desilusión se nota en la cara de Martín cuando dice “los dueños de los pubs tratan a los músicos como si fueran un empleado más y en los bares o en los recitales los que se llevan la torta son las bandas de afuera y a las de acá no les pagan ni dos centavos”.
A pesar de las contra, los Naturae ya tienen dos trabajos grabados “71” y “Picasesos”, fueron soporte de Divididos en la inauguración del Superdomo Orfeo en el 2002, ganaron el Pre Pelotas y el Pre Cosquín Rock 2004. Sin embargo, todo ello no suma y a la hora de un reconocimiento por parte de la sociedad de Río Cuarto se encuentran a la altura de cualquier banda.
Mr. Blues también es una agrupación que lleva sus años en la ciudad. Está conformada por Dorcas Stoll, en guitarra y voz; Bachi Gutiérrez, en bajo; Gustavo Tosco, en batería; y Martín Benítez, en guitarra. En una conversación en el lugar de ensayo, comentaron que son muchas las cosas que deben dejar a un lado para llevar adelante su banda, ya sea momentos en familia, el trabajo, o quizás el estudio, y como respuesta a todo eso la sensación que tienen es que el común de la gente los considera “unos vagos con guitarrita”. Pero todo se justifica a la hora de perseguir el sueño de algún día ser músicos profesionales.
Se podría decir que en cada una de las respuestas referidas al apoyo recibido, a la gente de Río Cuarto o a sus ilusiones como músicos, reinó un dejo de desgano, o más bien de escepticismo, explicado por esa falta de reconocimiento de la sociedad.
Sus esperanzas de que esa realidad cambie son limitadas. Consideran que el manejo de la música en la ciudad es “político”, que el público es muy frío y que desde el vamos no sabe reconocer lo artístico.
El benjamín de la entrevista es el grupo Quepachamama, quienes tuvieron su primer recital en octubre de 2003. Con su singular denominación, tienen una personalidad definida que se manifiesta en su vestimenta, su ideología y la total falta de importancia que le adjudican a aquellos que les critican, algo para destacar teniendo en cuenta su corta trayectoria.
Al momento de promocionar su primer actuación, recibieron pintadas con insultos, pero los chicos se ríen de eso y, casi como respuesta, denominaron su primer trabajo “Yo soy yo”.
“Las cosas que hemos hecho han tenido su costo social, hemos sido caratulados de caretas, marketineros, o hippies, pero no nos importa porque bien o mal hablan de nosotros”, disparan.
La agrupación es numerosa al igual que sus proyectos y está conformada por seis jóvenes estudiantes Leonardo Riera, Fernando Aguirre, Tito Ameri, Nahuel Muñoz, Federico Gamba, Negro Mazzoni y el toque femenino en batería de Natalia Lunardi, todos ellos de no más de 24 años.
Si algo los singulariza, es que dentro de sus obligaciones como estudiantes, se hacen el tiempo necesario para atender su fábrica de pastas, un sustento económico imprescindible para la banda.
Otra de sus particularidades es que no sólo forma parte de Quepachamama aquel que es músico, sino todo el que realice una actividad dentro de ella, como lo es el caso del Negro Mazzoni, que carga con la responsabilidad técnica.
Una de las principales quejas presentadas por los chicos es que en Río Cuarto no hay lugares para los grupos alternativos. Dijeron que los pocos que había como La Rosada, Madre Tierra o Mar Rojo han sido cerrados, y que hoy solo hay un lugar para tocar, que no es alternativo sino comercial.
A pesar de las piedras en el camino los chicos con su buena onda y optimismo no abandonan la idea de que algún día van a poder ejercer como músicos y como profesionales en la gran ciudad.
En un bar del Imperio, PUNTAL también habló con la agrupación de Cesar Nesutta UHLE –la sigla surgió de Unidos Hasta la Eternidad-. Ellos comparten el descontento por el poco reconocimiento de los músicos a nivel general, pero de alguna manera se consideran afortunados. Según la voz de UHLE, a pesar de tener que sustentarse como grupo autónomamente, parte de lo logrado es gracias a la ciudad.
Dicen que no buscan el reconocimiento de otros músicos, sino trabajar muy tranquilamente sin molestar a nadie. “Nos tienen muy en cuenta, quizás otras bandas no dirían lo mismo, pero creo que a otros no se los trata de la misma forma porque cuando entrás en el juego de tirar contra el otro las cosas vuelven y te rebotan”.
La banda cuenta con numerosos proyectos, como la grabación de su primer trabajo, la posterior grabación de un video clip, su posible difusión en un canal importante de Buenos Aires, y la idea de abrirse horizontes en el viejo mundo, más precisamente en España.
De este coro de voces rockeras se puede concluir que la ciudad tiene un abundante y alentador mercado artístico, que necesita de incentivos para que el sueño de todo rockero no quede tan lejos.


Carolina Tarditti

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