Fuimos Rock - Temas Económicos mayo 2006






Temas Económicos (Contratapa) 7 de mayo de 2006

Fuimos rock ¿somos rock?

Hubo una época en que en el cajón de mi mesa de luz, entre mis cassettes preferidos se encontraban varios de grupos locales. Hubo un demo de Triptome, grabado en cuatro canales, casi como los Beatles, uno de Deflagración, otro de 7º Regimiento. Una grabación en vivo de El Ramah, en Varsovia, en Córdoba, otra de El Error en su primera semana de existencia, que todavía conservo ahí. Es más, había uno de El Error tocando en vivo con ANIMAL, de donde borré lo de ANIMAL y no precisamente por equivocación.

Nunca tuve un disco de Analgésico, algo realmente feo y que aún da un poco de vergüenza ajena. Como con Jacobo Winograd, que lo ves y te da un poco de risa, pero al mismo tiempo pavor. Como Señor Inglés ¿no?.
Siempre sostuve que las cosas deben decirse, lisa y llanamente, sin temor. Eso equivale a equivocarse, equivocarse por acción, actuar siempre es bueno, actuar de hacer, no actuar de actor, se entiende no?. Nunca tuve un cassette de San Galo, no se si hay. De Triss casi no quedó nada, menos de Frecuencia 666. el de 7º Regimiento me lo robó el cantante, porque a él no le quedaban más… Clips nunca me gustó. De La Guardia Civil tampoco nada quedó. Justo ahora se me ocurre, que feo nombre ¿no?. La verdad es que tenía que escribir sobre rock y mercado y por más que empecé una y otra vez todavía no pude llegar a una conclusión decente. Debe ser la edad. Me dio algo de nostalgia y poco de bronca también.
Recuerdo entonces mis primeros recitales, en el Teatro Municipal, el patio del cañón, entre el Comercial y el Industrial, en el Club Privado (ahora ex Kalatrava), en las Pías, en el río o en La Segat. Me faltó el mítico e iniciático, el primero de todos, en el Tierra y Tradición allá por 1985. El primero de los únicos tres recitales que han terminado con disturbios desde ese año hasta ahora. Veo las fotos de recitales y entrevistas y miro los rostros de amigos que fueron pocos amigos o amigos muy amigos, hermanos, que ya no son hermanos, mucho menos amigos. Veo noches gritando para hacerme escuchar, para poder hablar en el bullicio, en lugares increíbles, por lo insólitos, por lo peligrosos también, aunque nunca paso nada. En el subsuelo de la ex Galería Europea, abajo del local del Charly, en la ex sede de la UEPC, en los inicios del MTP y de Patria Libre también, en el salón de fiestas de la EMOS, en el salón de los municipales también, en el Indios Ranqueles, la mayoría de ellos peor que Cromagnon, menos peor que Cemento, mejor que muchos dispensarios. Basta con la mística del peligro del rock.
Siempre parecía que nos faltaba algo, era cierto, todavía hoy. Aunque estaba el Che, el suplemento jóven de Puntal, aunque en las radios había programas que hacían pibes. Hasta estaba Calibre 22 ¿se acuerdan?. Las primeras veces en la Plaza Racedo. Veo el presente no con amargura, si con resignación. Los ciclos se vuelven a repetir y se suponía que era un espiral no un círculo. Tenía que agrandarse. Los lugares siguen faltando. Son poco representativos. La música es plana, sin ambición. Falta riesgo, falta rock, faltan propuestas raras para alimentar la fauna que esta agotada, las mismas caras, las mismas actitudes. Peleados por tradición. Sólo reggae y rocanrol. El mundo no se acaba ahí muchachos, a veces las chicas escuchan mejor rock. Que ofensa ¿no?.
Queremos más. Grupos de mujeres, de punk de verdad, de electrorock, queremos rock, hip hop. ¿Nunca va a haber solistas en Río Cuarto? El pop tampoco es mala palabra. Queremos revistas en serio, un fanzine al menos. Queremos un grupo de locos sobre el escenario. ¿Adonde esta?. Adonde? Díganme, porque ya me voy. Salgo para allá.

Texto: Gustavo Balmaceda Fournier

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